Trilogía del escritor gallego Gonzalo Torrente
Ballester, compuesta por tres títulos: “El
señor llega” (1957), “Donde da la
vuelta el aire” (1960) y “La pascua
triste” (1962) y situada en una aldea imaginaria de la Galicia de los años
30, Pueblanueva del Conde, convertida por méritos propios en uno de los
territorios de ficción más emblemáticos de la literatura española del siglo XX.
En esta densa obra se muestra la conflictividad social
de la España de los años 30, en la que los movimientos revolucionarios
intentaban implantar un nuevo modelo de sociedad al mismo tiempo que todavía
luchaban entre sí dos modos muy divergentes de poder: el feudalismo de los
terratenientes que vivían de las rentas de sus arrendatarios y el impulso del
nuevo capitalismo industrial que amenaza con destruir modos de vida asentados
durante años. Torrente Ballester planteó estas convulsiones sociales a través
de personajes estereotipados llenos de fuerza y profundidad: Doña Mariana la
vieja señora que trata de preservar el
mantenimiento de su estirpe y todo un modo de vida, Cayetano Salgado el nuevo
rico de la zona, representante de los nuevos tiempos, que con su iniciativa
empresarial manifestada a través de un pujante astillero, da de comer a casi
todos, Juan Aldán, un noble arruinado que encuentra en el anarquismo una salida
a sus inquietudes, y Carlos Deza, pariente lejano de Doña Mariana, y
perteneciente al linaje de los habituales dominadores del pueblo, que vuelve a
su lugar de origen con el presunto interés de desbancar a Cayetano y restaurar
el viejo orden, pero que se convierte en
espectador de los dramas que a su alrededor se forman, sin querer tomar parte
activa en ellos. Asimismo, cobra un especial protagonismo, Clara, hermana de
Juan Aldán, una bella mujer que trata de salir adelante en un entorno hostil,
marcada por la pobreza y su presunta alma impura, objeto de deseo de los
hombres y que se convierte en vértice del desenlace de la obra.
Destaca poderosamente el micro somas social y humano
desarrollado a través de tres entregas en la que se diseccionan los caracteres
de toda una variada muestra de personajes que desarrollan su personalidad a
través de largos diálogos a través de los cuales se manifiestan distintas
maneras de ver la vida. El duelo que planea sobre todos ellos es el Carlos Deza
y Cayetano Salgado, pese a estar presidido por la falta de ganas del primero
por abordar el enfrentamiento directo cuya profesión de Psiquiatra le permite
además analizar cualquier comportamiento ajeno de forma que desarma a sus
oponentes, y más en el caso de Cayetano, que sólo entiende la fuerza de los
hechos y la imposición de su poder por
la riqueza que genera su éxito empresarial.
Torrente Ballester consiguió una obra única; de difícil
catalogación y más en un época en la que el realismo social dominaba el
panorama español de la novela. “Los gozos
y las sombras” es realista, desde luego, pero va mucho más allá de una
descripción de luchas entre diversas facciones y consigue un retrato veraz del
alma humana, consiguiendo una novela psicológica de muchos quilates, con una
prosa cuidada y elegante.
Paradójicamente, esta maravilla pasó en buena parte
desapercibida, hasta que a comienzos de los años 80, Televisión Española decidió
adaptarla serie de televisión que siguiera la estela de otros productos de esa misma época muy prestigiosos (“Cañas y barro” o “Fortunata y Jacinta”) y se estreno en 1982 con una lujosa
producción protagonizada por Charo López, Eusebio Poncela, Carlos Larrañaga o
Amparo Rivelles entre otros. La serie, que era una adaptación fiel del primer
libro y un resumen de los otros dos, gozó de un merecido éxito que hizo retomar
el interés por los libros originales y por la propia obra de Torrente Ballester
que viviría en la recta final de su vida (moriría en 1999) un reconociendo
impensable con anterioridad.