martes, 6 de diciembre de 2016

FALCÓ

Arturo Pérez Reverte ha vuelto a crear un héroe con vocación de permanencia, como en su día lo fue Alatriste. Un mercenario de nombre Falcó, descreído, sin rubor de venderse al mejor postor, mujeriego e implacable en la ejecución de sus misiones. Una especie de vuelta al estereotipo de James Bond, aunque desde un lado más tenebroso.
Reverte sitúa la acción de la primera entrega de su nuevo personaje en la Guerra Civil española. Y entonces se plantea la gran pregunta que siempre se aborda en cualquier historia situada en la tragedia nacional. ¿Estaremos ante un más de buenos contra malos?. Pues lo que el lector se encuentra es con quizá la primera novela que no aborda la guerra civil desde ningún estereotipo, sino desde una rigurosa descripción de la crueldad y sinrazón que caracterizaron a los dos bandos durante tan terrible trienio.



Falcó es un agente al servicio del bando nacional, pero no por ello la historia nos trata de vender que aquello era una cruzada justificada.  A raíz de una misión pasa a la zona roja o republicana donde el terror también se ha extendido más allá de lo admisible. Reverte maneja una vez más con suma maestría una trama de aventuras y espionaje con ese punto existencial tan propio de sus admirados maestros del siglo XIX (Stevenson, Conrad,,,,,) y no se ahorran elementos crueles extraños en la literatura comercial de tiempo de guerra. Su Falcó no es , en ningún momento, alguien digno de ser alabado; como en Alatriste sus hazañas siempre esconden un cierto pose de amargura cuando no de maldad.

Tal vez esa intención realista impida una completa empatía del lector con el protagonista y la también destacada heroína femenina. Porque aun cuando se encuentran ciertos resquicios a la nobleza, lo que transita en sus bien escritas páginas son algunos de los momentos más bochornosos de nuestro pasado, y la intención del escritor no ha sido ,ni mucho menos, salvaguardar ni defender las posiciones de cualquiera de los dos lados. Cuanto hubiesen ganado el cine y la literatura española, con un enfoque como el de este Falcó.

lunes, 28 de noviembre de 2016

EL PROBLEMA FINAL: SHERLOCK HOLMES II

Hacia finales de 1893 Arthur Conan Doyle vivía una plena contradicción como creador literario: gozaba de un éxito descomunal entre el público, pero no sabía como librarse del mismo, o mejor dicho del catalizador de ese triunfo que no era otro que su creación literaria Sherlock Holmes.
Tal era la avalancha de solicitudes de aventuras por parte de los incondicionales del personaje que el médico escocés se hartó de su sujeción a las historias de detectives e ideó librarse de él para siempre. Para ello nada mejor que utilizar un relato corto en el que a través de una nueva aventura el desenlace trajera consigo la desaparición del inquilino de Baker Street
“El Problema final” fue la culminación de esta idea. Por lo tanto, se trata de uno de los relatos cortos más emblemáticos de la historia de la literatura, y no por su trascendencia real, ya que la presión de los aficionados y jugosas ofertas económicas llevarían a Conan Doyle a desdecirse y recuperar a Holmes años después, ni tampoco por su calidad literaria, puesto que al mismo se le pueden sacar todos los defectos posibles: la narración es sobria pero apresurada, la cadena de acontecimientos es demasiado estrambótica como para resultar creíble y su final, emotivo, se aparta de la lógica implacable que había caracterizado a toda la serie.

Además Conan Doyle, creo en el mismo uno de los personajes más icónicos del universo Holmesiano: el malvado Moriarty, llamado el Napoleón del crimen, una especie del reverso oscuro del detective, tan brillante como él, pero dedicado a la delincuencia y el ejercicio del mal; estudios posteriores señalaron la posibilidad que Conan Doyle, que había tomado como referencia a su profesor de anatomía Joseph Bell para crear a Holmes, se inspirara en la figura de un criminal norteamericano muy famoso en la época llamado Adam Worth, para dicho personaje . La fuerza de su figura ha impregnado la mayoría de diversas versiones posteriores literarias, teatrales, cinematográficas y televisivas (hasta de dibujos animados) sobre Holmes, cuando sólo es protagonista en esta historia corta, aunque se le menciona de pasada en otros, pero nunca vuelve a tener un papel destacado en las narraciones de Conan Doyle. Es ciertamente resaltable que algunas de las más características figuras que la cultura popular asocia a Holmes sean efímeras como Irene Adler (“la mujer”), el propio Moriarty o incluso inventadas como la frase “elemental querido Watson”, creada por el cine y nunca dicha en los libros originales, o la misma indumentaria basada en las ilustraciones de Sidney Piaget y no reflejada por Douyle en ningún momento

El autor tuvo la genial idea de situar el final de su imbatible detective en un duelo fratricida entre dos iguales, dos mentes sublimes enfrentadas en un duelo final que tenía por objeto sepultar al detective para abordar otros proyectos literarios ( en especial la novela histórica) que atraían mucho a Doyle, que sólo creó a Sherlock Holmes como vía rápida para alcanzar el triunfo literario, pero del que no se desprendería hasta el final de sus días.ia real, ya que la presión del pe la literatura y no por su trascendencia real, ya que la presi que el m


sábado, 26 de noviembre de 2016

LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT

Un fenómeno editorial reciente que sigue arrasando en las librerías de todo el mundo, y que ha consagrado a su jovencísimo autor, el suizo Joel Dicker, como uno de escritores mas vendidos de la actualidad.

Sorprende que con esos orígenes alguien hay sido capaz de crear una novela de ambiente tan americano, con una naturalidad en la exposición de una población ficticia y unos personajes tan característicos. Se trata de un policiaco muy peculiar, con una extensa trama que se sitúa en torno a las ochocientas páginas que, con toda sinceridad, enganchan al lector desde el comienzo.


Dicker estructura de forma magistral una narración que va poco a poco dando giros en su trama que no hacen sino incrementar la atención de quien tiene el manuscrito en sus manos. Un crimen cometido hace más de treinta años es el punto de partida, además, para el inicio de una investigación poblada de personajes intrigantes, muy bien descritos, y que esconde además, unas acertadas reflexiones sobre el itinerario existencial de aquellos que se dedican a la escritura, y la angustia que en muchos casos acompaña al creador de mundos ficticios, así como el eterno debate sobre el respeto por la creación artística y la necesidad de sobrevivir económicamente sacrificando los principios en función de los intereses editoriales. Su personaje protagonista, el escritor Marcus Goldman,  es uno de los detectives más peculiares que han surgido en los últimos años y su presencia da un punto de complejidad a la historia de intriga. No sería descartable el cuestionar si la trama policiaca no es sino una excusa para exponer el complejo itinerario de la escritura.

Puestos a buscar peros es cierto que muchos de los giros en la trama se asemejan más trucos mas bien forzados para mantener el interés que a una secuencia lógica de los acontecimientos y que la frustrada historia de amor, con resonancias de Lolita, entre un veterano autor  y la adolescente (el motor de la trama en realidad) se reitera mucho más de los deseado. Hay mucho más en ella de best-seller calculado que de auténtica literatura. Pero está magníficamente escrita y te atrapa con mucha facilidad.

Y desde luego, que dados los escasos treinta años de su autor, es muy probable que nos encontremos con un escritor que dará mucho que hablar en tiempos venideros



miércoles, 16 de noviembre de 2016

TANTA PASIÓN PARA NADA

Julio Llamazares, uno de los escritores españoles más prolíficos de los últimos años aborda en esta ocasión el siempre difícil género del relato corto, por otro lado siempre algo postergado en las letras españolas. Son doce historias diversas pero con una unidad temática común: la desilusión que acompaña a no pocas de las aspiraciones de los seres humanos, que se agarran a las mismas para hacer más llevaderas sus vidas.



El primer relato de esta selección puede fácilmente catalogarse como uno de los mejores y más emotivos cuentos de ambiente deportivo jamás escritos en español; tomando como referencia quizá el momento más dramático de la historia  de la Liga española (el famoso penalti fallado por el serbio Djukic que impidió al Deportivo de la Coruña ganar el campeonato del 94), Llamazares consigue un relato asombroso y emotivo sobre lo que podría habría pasado por la mente del jugador en un instante tan dramático como ese, con unos rasgos de verisimilitud realmente destacables. Una metáfora cruel del desvanecimiento de los sueños.

A lo largo de esa y otras once narraciones se nos muestra un variopinto muestrario de personajes que trata de huir de una realidad decepcionante mediante ilusiones más propias de la fantasía artificial que de las verdaderas posibilidades; pero esas fantasías no tardan en chocar con las agresiones de la vida cotidiana: el viejo amor perdido, la obsesión por el triunfo deportivo, la valentía en el ruedo, el trabajo como tabla de salvación, la creatividad del escritor o el extraño placer que puede otorgar un simple viaje en coche disfrutando del paisaje entre otras. En esas ilusiones se concentran los pocos resquicios de esperanza de los protagonistas de esas historias, y si bien los sueños difícilmente se ven realizados, los mismos no puden rechazarse como mero mecanismo de supervivencia.

Historias atrevidas, con personajes de carne y hueso, muy bien retratados en apenas unas pocas páginas, capaces de producir una fácil empatía en el lector, que seguramente no deje de reconocerse en algunas de las situaciones, pensamientos y reacciones descritos en estas ficciones, que gozan de toda la intensidad propia de la buena literatura. Muy recomendable



sábado, 5 de noviembre de 2016

INVENCIBLE

Traslación a las tablas de una pieza teatral de Torbben Bets, uno de los dramaturgos ingleses jóvenes más prometedores y que Jordi Garcerán ha traducido al castellano adaptada a la realidad española. Es una comedida muy ácida sobre las diferencias sociales y las dificultades de los seres humanos para ser naturales en todos los entornos que lo requieren y quizá un reflexión sobre la difuminación de las clases sociales que ha acompañado a la crisis económica.

Un matrimonio tirando a pijo, pero en situación económica complicada ,se muda a una población de ámbito proletario donde intentan conectar con una pareja de vecinos que resulta más "auténtica" pero la reunión resulta un desastre a medida que van surgiendo las diferencias culturales y de hábitos de ambas parejas. Las situaciones divertidas que la contraposición de mundos generan van degenerando en algo muchos menos cómico, ya que al desnudarse plenamente los cuatro personajes aparece el trasfondo de unas vidas marcadas por los recuerdos traumáticos o la insatisfacción por la realidad presente.



Es muy destacable el personaje de mujer sofisticada e irritantemente progre que encarna Maribel Verdú, quizá el personaje mejor desarrollado de la obra, retrato nada accidental de una clase social que intenta lavar su mala conciencia con un loable aunque en el fondo forzado intento de oponerse a los valores sociales imperantes de su condición, pero que termina siendo alguien que causa mas problemas de los que pretende solucionar. Su marido representa la resignación ante los sueños profesionales no cumplidos y ambos esconden un turbio secreto que es el motor real de sus acciones. Por su parte los dos representantes de la clase obrera resultan ciertamente estimulantes en la medida que su simplicidad aparente es engañosa; un marido obeso y obsesionado por el fútbol y una mujer algo ligera de cascos esconden tras de sí la difícil resignación que implica una vida matrimonial carente de expectativas reales.

Un texto muy estimulante, divertido y trascendente al mismo tiempo que cuenta con un magnífico cuarteto protagonista.

domingo, 9 de octubre de 2016

LA MENTIRA

Obra de teatro del autor francés Florian Zeller, se representa en el Teatro Maravillas de Madrid desde finales del mes de septiembre y lo cierto es que con un gran éxito de critica y público.
Zeller, nacido en Francia en 1979, es un autor muy conocido en el país galo y que poco a poco va adquiriendo resonancia a nivel internacional, gracias al éxito de la obra “El Padre”, que le supuso el permio Moliere de Teatro y fue estrenada más allá del Atlántico en Broadway con Frank Langella en el papel protagonista. Resulta curioso resaltar que el título original de la obra es el contrario, por que se trata de “La Verdad”.
Como muchas obras su comienzo es bien sencillo: una mujer sorprende al marido de una de sus mejores amigas besando a otra mujer en la calle. Se lo plantea a su esposo, también íntimo amigo de la pareja implicada y éste le recomienda callarse. ¿Para qué buscarse problemas cuando no es plenamente asunto suyo?.

Este punto de partida da lugar a lo largo de toda la obra a un debate que deriva en un auténtico follón, en clave de sofisticada comedida, pero que esconde un trasfondo muy serio. ¿La sinceridad en la pareja es siempre y en toda ocasión y circunstancia buena?. ¿Acaso no se vive más feliz siendo ignorante en muchas ocasiones?. ¿O la mentira vicia la vida de la pareja?. Como todas las grandes comedias el tema tratado es bien serio. Lo realmente difícil es saber buscar el lado cómico de lo trascendente, y eso es algo que la obra de Zellier consigue, porque está estructurada de forma modélica, con diálogos en apariencia corrientes que con suma habilidad derivan en tronchantes reflexiones sobre la sinceridad, y un suspense en la resolución de la trama que deja al espectador con una agradable sensación durante toda la función.


Y sobre las tablas madrileñas, la obra tiene el privilegio de contar con uno excelentes actores que deleitan al respetable, con especial mención para el siempre fabuloso Carlos Hipólito, un seguro de vida en toda representación que se realice.