miércoles, 16 de noviembre de 2016

TANTA PASIÓN PARA NADA

Julio Llamazares, uno de los escritores españoles más prolíficos de los últimos años aborda en esta ocasión el siempre difícil género del relato corto, por otro lado siempre algo postergado en las letras españolas. Son doce historias diversas pero con una unidad temática común: la desilusión que acompaña a no pocas de las aspiraciones de los seres humanos, que se agarran a las mismas para hacer más llevaderas sus vidas.



El primer relato de esta selección puede fácilmente catalogarse como uno de los mejores y más emotivos cuentos de ambiente deportivo jamás escritos en español; tomando como referencia quizá el momento más dramático de la historia  de la Liga española (el famoso penalti fallado por el serbio Djukic que impidió al Deportivo de la Coruña ganar el campeonato del 94), Llamazares consigue un relato asombroso y emotivo sobre lo que podría habría pasado por la mente del jugador en un instante tan dramático como ese, con unos rasgos de verisimilitud realmente destacables. Una metáfora cruel del desvanecimiento de los sueños.

A lo largo de esa y otras once narraciones se nos muestra un variopinto muestrario de personajes que trata de huir de una realidad decepcionante mediante ilusiones más propias de la fantasía artificial que de las verdaderas posibilidades; pero esas fantasías no tardan en chocar con las agresiones de la vida cotidiana: el viejo amor perdido, la obsesión por el triunfo deportivo, la valentía en el ruedo, el trabajo como tabla de salvación, la creatividad del escritor o el extraño placer que puede otorgar un simple viaje en coche disfrutando del paisaje entre otras. En esas ilusiones se concentran los pocos resquicios de esperanza de los protagonistas de esas historias, y si bien los sueños difícilmente se ven realizados, los mismos no puden rechazarse como mero mecanismo de supervivencia.

Historias atrevidas, con personajes de carne y hueso, muy bien retratados en apenas unas pocas páginas, capaces de producir una fácil empatía en el lector, que seguramente no deje de reconocerse en algunas de las situaciones, pensamientos y reacciones descritos en estas ficciones, que gozan de toda la intensidad propia de la buena literatura. Muy recomendable



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