jueves, 15 de septiembre de 2022

JAVIER MARIAS IN MEMORIAM

Tras largo tiempo sin dotar a este oculto blog sobre pasiones literarias la muerte, un tanto prematura, de Javier Marías a los setenta años me anima a realizarle este pequeño homenaje.

Tome contacto con la obra de Marías a finales de los 90, a través curiosamente de su primera novela “Los dominios del lobo”, escrita con apenas 19 años y que me resultó una novela extremadamente original y entretenida. Seguí su camino con “El hombre sentimental”, y lo cierto es que fue una lectura un tanto pesada, sensación que tuve con “Todas las almas” que reconozco no pude acabar. Siempre fui reticente a sus novelas, lo confieso, tanto por extensión de las mismas como por su estilo elaboradísimo y arduo, lejos de la sencillez narrativa que siempre ha acompañado a un lector impaciente como yo.

Pero simultáneamente descubrí su labor como articulista y ensayista, y desde el primer momento esa faceta suya me enganchó por completo. En opinión particular se trata de una de las figuras cimeras de esos géneros. Era un columnista brillante, con un estilo directo y una capacidad argumentativa asombrosa , amén de tener la habilidad de hablar de cualquier tema que se preciara de forma amena y culta con un distanciamiento irónico  que combinaba con un cierto aire de critica mordaz que resultaba en ocasiones magistral. Era un polemista nato, que no hacia ascos a desgranar cualquier aspecto de la realidad fuese una nueva normativa de la que discrepaba, las transformaciones sociales, los acontecimientos políticos, el cine o la literatura. De hecho no fueron pocos sus rifirrafes culturetas con destacados escritores, políticos o gente de actualidad.  Me sorprendía que un novelista tan complejo fuera capaz de resumir en apenas unas páginas cualquier situación que le llamara la atención de forma tan precisa. Eso da buena muestra de su versatilidad como escritor. Solo discrepé de su pasión futbolera donde su declarado madridismo hacía los artículos algo irritantes en función de mi adscripción colchonera. Pero hasta en esto resultaba digno de leer.

Recuerdo en especial una pieza llamada “Monoteísmo literario”, en donde con apenas treinta y seis años años se atrevía a cuestionar la vigencia y maestría de nada menos que Camilo José Cela, entonces el tótem intocable de las letras de la postguerra, cuyo estilo siempre rechazó por considerar que sumía a la novela española en un casticismo algo aldeano. Al margen de la opinión que se pudiera tener sobre el asunto, sus argumentos en contra del modelo de literatura de Cela eran lo suficientemente bien expuestos y daban lugar a un amplio debate. En eso residía la grandeza de sus artículos y ensayos: eran opiniones subjetivas, dictadas de forma contundente y de una forma tan locuaz que no podías dejar de admirarlos aun cuando no estuvieses de acuerdo con los mismos (siempre subyació, por otra parte en ellos un cierto sectarismo anti-PP, algo lógico teniendo en cuenta que El Pais fue su casa durante casi toda su trayectoria).Después de varios años vencí la tentación de leer otra de sus novelas, de la que había oído maravillas, “Los enamoramientos” y se trató de una de las mejores lecturas recientes que recuerdo, cautivándome su prosa de principio a fin; aunque antes ya había apreciado su colección de relatos “Mala Índole”.

Uno de los aspectos más desagradables de ir cumpliendo años es la desaparición por causas naturales de aquellos referentes que marcaron tus años de formación: actores, escritores, deportistas…todos ellos formaron parte de un paisaje que se va progresivamente para siempre. Y recuerdas a aquellos que te han hecho pasar buenos ratos y que te hicieron la realidad más llevadera. Javier Marías siempre será uno de esos personajes que a uno le hubiera gustado conocer. En muchos de sus artículos se refería a las dudas que le suscitaba el que su obra permaneciese en el tiempo y la escasa importancia que a su juicio eso tenía. No en vano una de sus recopilaciones de artículos se titula “Seré amado cuando falte”. Al menos de momento seguirá muy vigente. Para suerte de todos los que la disfrutamos. Descanse en paz y gracias por todo.