sábado, 13 de julio de 2019

EL DIRECTOR

"No nos dábamos cuenta de que, con tiradas impresas cada vez más pequeñas y cientos de nuevos medios digitales, con menos periodistas buscando exclusivas y el impacto de las que publicábamos en caída libre, ya solo importábamos a un pequeño grupo de la élite económica, política, burocrática, académica y cultural de Madrid”.
El anterior es uno de los muchos y variados párrafos que David Jiménez utiliza para describir el momento actual del periodismo español y quizá internacional. Y lo hace en un libro titulado “El director” en el que cuenta su más bien frustrante experiencia en la dirección durante apenas un año de “El Mundo”, uno de los emblemas del periodismo español de la España democrática. Este trabajo es uno de los documentos escritos más importantes que han aparecido en el país en los últimos años, y quizá una lectura obligatoria para cualquier persona interesada en conocer la realidad auténtica de España.



Porque “El director” no trata sino de las cada vez más pervertidas relaciones entre la prensa y el poder, político y económico o quizá, dicho de forma más cruda, de la liquidación de la primera como mecanismo más o menos fiable de transmisión de la realidad a los ciudadanos de un país. Jiménez expone crudamente la miseria económica que atenaza a los grupos periodísticos, otrora poderosos y de los que podía depender la supervivencia de un Gobiernos o los políticos y que ahora apenas sobreviven como instrumentos todavía importantes del sistema pero cada vez más atenazados por las exigencias de servidumbre de sus financiadores públicos y privados que los mantienen, no como fuente de ingresos, sino como mecanismos de influencia social y de satisfacción de los deseos de sus lectores/oyentes, que no buscan en la prensa información veraz sino confirmación de sus creencias ideológicas. Curiosamente los sistemas democráticos modernos cada vez incentivan menos el debate pausado y el intercambio constructivo de ideas, sino que fomentan sin cortapisa la radicalización, los dogmas y la visión del contrario como enemigo a batir, si no en el campo de batalla, si en el de las ideas.
Por las páginas de “El director” se pueden apreciara realidades cotidianas que han transformado la información moderna: la aparición de Internet que trajo consigo al auge de la información digital, despreciada por la élite dirigente de los principales diarios, pero que con el paso del tiempo ha dado lugar a una realidad inexorable como es la caída en picado de la prensa escrita, devorada por la inmediatez de la noticia que puede servirse en una edición digital, la inexorable decadencia de algunas fórmulas de periodismo clásico otrora influyentes como el columnismo o las tertulias, lastrados en el caso del primero por la pérdida de sus referentes clásicos y la caducidad del interés que mostraba la vertiente literaria del género y en el caso de las tertulias, su absorción por el sectarismo más obsceno hasta el punto de estar pobladas por meros comisarios de los partidos políticos y de haber adoptado las maneras del periodismo rosa en cuanto a intercambio histérico de opiniones radicalizadas, la posición de debilidad sin precedentes del gremio periodístico, expuesto como nunca a las solicitudes de cese por parte de políticos y empresarios en función de las informaciones que publican, poniendo el sangrante ejemplo de cómo el presidente del Real Madrid influye en el nombramiento del director del diario “Marca” bajo la amenaza de retirar la posibilidad de promocionar en el mismo los productos de la marca del club; y en definitiva cómo la debilidad económica de los grupos editoriales provocada por la caída de los ingresos en publicidad derivada de los nuevos tiempos tecnológicos que permiten otorgarla sin necesidad de realizar fuertes inversiones en ella, ha llevado a la prensa española al colapso.

No faltará quien acuse al autor de realizar un ajuste de cuentas derivado de una mala experiencia, y que difícilmente podría ser tan ingenuo como para no saber en el momento que fue propuesto para el cargo, con lo que se iba a encontrar. También pudiera discutirse el que use seudónimos para referirse (y no precisamente para bien) a la mayor parte de jefes y subordinados con los que tuvo que lidiar. En cualquier caso se trata de un testimonio vital, vigoroso, escrito desde la sinceridad cuando no el desgarro y que engancha al lector desde sus primeras páginas. Imprescindible

lunes, 17 de junio de 2019

TORMENTA DE VERANO

Obra escrita por el madrileño Juan García Hortelano a comienzos de los  años 60 y que se insertaría como uno de lo títulos claves de la llamada “novela realista social”, mediante la cual los escritores de la época trataban de mostrar la realidad española con un inequívoco aire crítico.
Unos años antes Rafael Sánchez Ferlosio daba a la imprenta “El Jarama”, obra que causo sensación por su llamado “objetivismo”, en la que el narrador mostraba un acontecimiento mediante la pura y simple exposición de los hechos y a través d e un diálogo salpicado por un realismo descarnado. Esta influencia pude percibirse en la novela de García Hortelano, que gira en torno a la aparición de un cadáver en una urbanización donde gente acomodada veranea y se ve trastocada por este acontecimiento.



Pero no nos encontramos ante una novela policiaca de cierto aire crítico. García Hortelano utiliza ese hecho como punto de partida de una trama que gira en torno a la figura de Javier, un acomodado hombre de negocios, ex combatiente del bando vencedor en la guerra civil, cuya aparente éxito social y económico esconde un vacío interior que se acrecienta con el paso de los años. García Hortelano apuesta por una narración fluida, fundamentada en el poder de los diálogos, pulcros, elaborados y muy ajustados a los personajes que pretende describir y muestra sin tapujos que la aparente prosperidad material de aquellos que vencieron la contienda, es una mera fachada de una realidad existencial mucho más compleja: un mundo de adulterios aceptados y asumidos por la respetabilidad social, el alcoholismo como vía de escape, la falta de referentes éticos a la hora de hacer negocios, la desatención de los desamparados y toda la especa capa de hipocresías social que empezaba a teñirse en la España desarrollista de los años 60, en la que el turismo se empezaba a configurar como vía de escape a la miseria material y el atraso.
En realidad esta novela seguía una línea temática que había conseguido sortear los peligros de la censura, y que no sólo alcanzaba a la novela (en ese mismo tiempo surgía la legendaria “Tiempo de silencio” de Luis Martín Santos”), sino que podía palparse en el propio cine como lo demuestran títulos tan emblemáticos como “Muerte de un ciclista” (1955) de Juan Antonio Bardem, o años mas tarde “La caza” (1965) de Carlos Saura. Obras, del ámbito que fuesen, que trataban de remover la conciencia de una país adormecido desde el punto de vista intelectual, y que trataban de lanzar dardos a la complacencia de las clases acomodadas que, además , consideraban que su éxito económico justificaban todas su acciones. Es por lo tanto, una novela imprescindible para situarse en la cultura española de esos años

sábado, 8 de junio de 2019

LA VUELTA DE NORA

En el año 2017, el dramaturgo norteamericano, Lucas Hnath asumió el riesgo de hacer una segunda parte de Casa de Muñecas, la inmortal obra de Ibsen, el autor noruego que con su obra estableció uno de los personajes femeninos emblemáticos de la historia de la dramaturgia mundial: Nora, esa mujer que tratando de salvar a su familia, asumía roles e iniciativas que le estaban vedadas a su género y que, a pesar de poder salvarse y continuar con su acomodada vida burguesa, decidía dejarlo todo al haber descubierto el vacío de su existencia y su sometimiento a los dogmas masculinos.



La obra original de Ibsen ponía sobre el tapete el papel  que la sociedad otorgaba a las mujeres; mucho ha llovido desde entonces y ahora con más fuerza que nunca se reivindica la posición de la misma en el mundo. ¿Puede un personaje como ese ser vigente a fecha de hoy, con las transformaciones económicas y sociales que han sacudido la existencia contemporánea?. En este nuevo acercamiento, Hnath decide situar a sus protagonistas quince años después y nos sitúa en el escenario ante las consecuencias que provocó la huida del hogar por parte de una madre de familia, algo casi sacrílego durante no poco tiempo. Nora vuelve  a su hogar más convencida que nunca de lo adecuado de su decisión, con las ideas muy claras sobre la conveniencia de su huida de aquello que debía considerarse como adecuado. Pero ¿ha calibrado en alguna ocasión como influyó aquello en la vida de los demás?¿Que fue de su esposo e hijos?¿Qué piensan sobre ella?. ¿Nuestras decisiones deben ser autónomas o deben de tener en cuenta a terceros?
Todas esas preguntas se plantean en una pieza que establece unas relaciones personales llenas de reproches y viejas cuentas. Todos los personajes de la función tienen sus motivaciones y no resulta fácil desprenderse de los mismos. Lo que para alguien supone la llave de su felicidad, para otros puede ser una fuente de conflicto. Y quizá, el mensaje más evidente (si es que lo existe) de esta obra es el hecho que el hecho de convivir con otras personas nos termina afectando de forma esencial, por mucho que queramos mantener nuestra independencia. No se puede uno sustraer de la sociedad que le rodea, de sus consignas y reglas, escritas o no, ni tampoco de las consecuencias de nuestros actos, por más que creamos que están justificados.


Es un texto brillante, que logra la muy complicada misión de mantener el nivel del original del que ha sacado la historia y personajes, algo extremadamente complicado al tratarse de una de las cumbres del Teatro contemporáneo, y quizás una de las obras que lo iniciaron, y que en los escenarios españoles ha contado con un excelente electo de actores que llenar de verisimilitud y humanidad a sus complejos personajes.

sábado, 1 de junio de 2019

MI ULTIMO SUSPIRO

Luis Buñuel fue el cineasta español más universal hasta la llegada de Pedro Almodóvar. El aragonés se convirtió en uno de tantos damnificados por la Guerra Civil  que le obligó a exiliarse en México durante gran periodo de su vida y a realizar una parte importante de su obra en Francia. Buñuel fue un referente del cine de autor, una de las personalidades más acusadas de la cinematografía del siglo XX. Su personal visión de arte y de la vida estuvo presente en su filmografía de forma muy intensa, y sus películas (acaso con las del italiano Federico Fellini) reflejan más que ningún otro cineasta sus convicciones éticas, artísticas y hasta filosóficas; su estilo estuvo siempre por delante de los requerimientos industriales y desde sus inicios dejó claro que la pantalla era el medio de expresión de sus personalísimas inquietudes como ser humano.

“Mi último suspiro” fue su esperado libro de memorias, casi al final de su vida, y es un magnífico manual para acercarse a la figura de uno de los creadores más peculiares de nuestra historia. Es una obra sentida, poco rigurosa si se quiere, en el que el punto de vista del protagonista se sitúa muy por encima de datos concretos o referencias fehacientes de cómo ocurrieron los hechos. Buñuel desentraña su infancia en Aragón , sus primeras tomas de contacto con el mundo de los intelectuales, la importancia de figuras a las que estuvo muy próximo como Lorca y Dalí, la efervescencia cultural de esa España de los años 20 y 30 que truncó el estallido de la guerra, los inicios del movimiento surrealista del que fue uno de los grandes protagonistas, sus vicisitudes en países como Norteamérica. También manifiesta de forma expresa sus opiniones respecto a la religión, el arte y algunos personajes de entonces. Destacan, por ejemplo, puntos de vista tan señalados como el que si Hemingway no hubiese sido americano nadie conocería su obra, o si Galdós no fuese español, sería una referencia de la novela mundial. Alaba “El Tesoro de Sierra Madre” de John Huston y critica “De aquí a a la eternidad” de Frd Zinnermman” por patriotera y simplona.

Su estilo es ágil, poco elaborado, pero muy directo y accesible. Es una de esas autobiografías que huele a veracidad, aunque quizá en ella no hay mucha rigurosidad . A fin de cuentas es muy parecida a sus películas: en ellas siempre subyació el universo particular del director por encima de la solidez de la historia. Quizá el tiempo no haya sido muy benévolo con parte de su obra y es poco probable que persista en el futuro. Para cualquier espectador joven resulta bastante difícil acercarse al universo fílmico de Buñuel, y más con el modelo de narrativa cinematográfica que se ha terminado por imponer. Pero sí resulta necesario reivindicar y no olvidar a una de los personajes trascendentales del arte español del siglo XX. Y en el recuerdo siempre quedará el legado de “Viridiana”, “Trsitana”, “El discreto encanto de la buerguesía” o “Nazarín”,

viernes, 10 de mayo de 2019

OFRENDA A LA TORMENTA

Tercera entrega de la famosa y exitosa “Trilogía del Baztan”, en la que la escritora Dolores Redondo realiza una atrevida mezcla de elementos policiacos con fantásticos y como en las dos anteriores gira en torno a un Inspectora de policía que usa unos peculiares métodos de investigación y se apoya en ocasiones en elementos sobrenaturales para sus pesquisas.
Desde que Umberto Eco lograra fusionar la filosofía, la historia y el relato policiaco en “El nombre de la rosa” el género del best-seller de tintes criminales ha conocido de diversas variaciones y enfoques. En esta novela (como en las anteriores) priman los elementos escabrosos y siniestros y lo cierto es que comercialmente  ha funcionado la mezcolanza de investigación clásica con determinados toques místicos muy íntimamente conectados con el entorno en que se sitúa la acción , una Navarra con un marcado pasado mitológico y plagada de leyendas transmitidas entre diversas generaciones. Como planteamiento es curioso, pero la verdad es que la combinación resulta en ocasiones algo irritante, fundamentalmente por el abuso de referencias a esos elementos fuera del alcance racional, que muchas veces resultan reiterativos sin que aporten nada novedoso al desarrollo de la historia. Da la impresión que la autora ha pretendido una originalidad permanente que chirría en no pocas ocasiones.

Por otro lado, es bastante discutible que se pueda sostener de forma coherente una narración siempre muy necesitada de espíritu cartesiano y lógico como es la del género policiaco con esas nuevas pautas. Hay, además, un abuso de los elementos escabrosos y desagradables en torno a los crímenes buscando el impacto del lector con un aire inequívocamente efectista. Más interés ofrecen algunas personajes, en especial los secundarios, que quizá podrían aprovecharse más, sobre todo en cuanto a las complejas relaciones personales que establece la narración. Al libro le sobran bastantes páginas, pero esta es una práctica muy habitual en este tipo de literatura.

En definitiva, que sin carecer de interés, y dando por descontado que al público le ha gustado esta trilogía (de hecho se ha rodado una película adaptando la primera novela y la misma es bastante aceptable) soy de la opinión que el éxito de la misma se sitúa bastante por encima de su méritos reales.

lunes, 15 de abril de 2019

UNA HISTORIA DE ESPAÑA

Arturo Pérez Reverte es novelista destacado y con legiones de seguidores, y un articulista y twitero polémico, y que parece en permanente estado de enfado, cuando no de cabreo con todo aquello que le rodea.
Una de las cosas que más enfada a Reverte es la propia España y concretamente su historia. A lo largo de varios meses, el autor de Alatriste estuvo publicando artículos en el suplemento dominical del ABC en los que daba su peculiar punto de vista acerca de evolución histórica del país, cuya unidad está en los últimos tiempos tan cuestionada. A Reverte, sin duda, le duele España y que mejor manera de demostrarlo que poniéndolo sobre el papel.


A lo largo de su compilación de artículos esta nueva y peculiar Historia de España, nos desgrana la trágica y épica trayectoria de una nación que empezó a forjarse con la llegada de diversas tribus y que sentó las bases de su recorrido mediante su profunda romanización, algo que la marcaría toda su vida. En las páginas escritas por el autor más exitoso de la literatura española contemporánea pasan un sinfín de acontecimientos, gracias a una brillante capacidad de síntesis y una notoria habilidad para extraer de la infinidad de acontecimientos que han jalonado la existencia hispana aquellos que han resultado más decisivos para configurar la idiosincrasia de nuestra nación. No se ahorra juicios personales y un elevado subjetivismo, pero éste no es un libro de historia al uso, es una visión peculiar de la trayectoria de un país bajo el prisma de quien la conoce en profundidad y la ha  usado  en bastantes ocasiones para generar ficciones que han hecho furor entre el público. En él abunda el pesimismo, la reiteración sobre la capacidad de autodestrucción de los españoles, la titánica lucha entre lo que realmente necesitaba la nación y lo que escogía, su eterna crisis de identidad o el carácter cainita que ha jalonado en no pocas ocasiones la convivencia entre sus habitantes, también la épica de las batallas y la fiereza de los conquistadores, las intrigas palaciegas y los vaivenes políticos de los últimos siglos. Hay de todo menos complacencia.

Precisamente en ese particularismo reside el encanto y la fuerza del libro. Es claro que entusiasmará a los seguidores del autor e irritará a los que no lo sean. A fin de cuentas el propio Reverte, tanto como escritor como persona ( o mas bien personaje público) no admite medias tintas. O se le adora, o  se le detesta.