sábado, 26 de noviembre de 2016

LA VERDAD SOBRE EL CASO HARRY QUEBERT

Un fenómeno editorial reciente que sigue arrasando en las librerías de todo el mundo, y que ha consagrado a su jovencísimo autor, el suizo Joel Dicker, como uno de escritores mas vendidos de la actualidad.

Sorprende que con esos orígenes alguien hay sido capaz de crear una novela de ambiente tan americano, con una naturalidad en la exposición de una población ficticia y unos personajes tan característicos. Se trata de un policiaco muy peculiar, con una extensa trama que se sitúa en torno a las ochocientas páginas que, con toda sinceridad, enganchan al lector desde el comienzo.


Dicker estructura de forma magistral una narración que va poco a poco dando giros en su trama que no hacen sino incrementar la atención de quien tiene el manuscrito en sus manos. Un crimen cometido hace más de treinta años es el punto de partida, además, para el inicio de una investigación poblada de personajes intrigantes, muy bien descritos, y que esconde además, unas acertadas reflexiones sobre el itinerario existencial de aquellos que se dedican a la escritura, y la angustia que en muchos casos acompaña al creador de mundos ficticios, así como el eterno debate sobre el respeto por la creación artística y la necesidad de sobrevivir económicamente sacrificando los principios en función de los intereses editoriales. Su personaje protagonista, el escritor Marcus Goldman,  es uno de los detectives más peculiares que han surgido en los últimos años y su presencia da un punto de complejidad a la historia de intriga. No sería descartable el cuestionar si la trama policiaca no es sino una excusa para exponer el complejo itinerario de la escritura.

Puestos a buscar peros es cierto que muchos de los giros en la trama se asemejan más trucos mas bien forzados para mantener el interés que a una secuencia lógica de los acontecimientos y que la frustrada historia de amor, con resonancias de Lolita, entre un veterano autor  y la adolescente (el motor de la trama en realidad) se reitera mucho más de los deseado. Hay mucho más en ella de best-seller calculado que de auténtica literatura. Pero está magníficamente escrita y te atrapa con mucha facilidad.

Y desde luego, que dados los escasos treinta años de su autor, es muy probable que nos encontremos con un escritor que dará mucho que hablar en tiempos venideros



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