Adaptación teatral de una de las novelas más emblemáticas del gran
cronista literario de la España del siglo XIX, Benito Pérez Galdós; una obra
cuya fama se vio incrementada por la versión cinematográfica rodada por el gran
Luis Buñuel en 1970.
En "Tristana" Galdós nos regala un personaje femenino
poderoso, inconformista por naturaleza que, no obstante, termina siendo presa
en gran medida de la sociedad que la oprime y por descontado de un destino
caprichoso y poco dado a favorecer sus sueños de emancipación. Los hombres que
marcan su vida están muy por debajo de su categoría humana pero, no obstante,
siguen ostentando los recursos necesarios para terminar haciendo de ella lo que
ellos quieran. El trasnochado Don Lope, ejemplo acabado de una decadencia
española que intenta aparentar honor y decencia, cuando por el contrario no
duda en aprovechar su situación de superioridad para beneficiarse de la
candidez de su joven pupila, y el bohemio pintor Horacio, representante del
ideal romántico al que aspira la protagonista, pero que en sus motivaciones
últimas no puede dejar de lado al egoísmo propio de su género. Entre los tres
se forma uno de los más estimulantes triángulos de la pluma galdosiana que no
disimula su simpatía por la figura de la mujer obligada a sobrevivir en un
entorno hostil y dominado por hombres de mas bien escaso nivel. Basta este
monólogo ilustrativo a cargo de Tristana, para mostrar las ansias de vida de toda una generación
"Ya sé que es difícil eso de ser libre… y honrada. ¿Y de qué
vive una mujer no poseyendo rentas? Si nos hiciéramos médicas, abogadas,
siquiera boticarias o escribanas, ya que no ministras y senadoras, vamos,
podríamos… Yo quiero vivir, ver mundo y enterarme de qué y para qué nos han
traído a esta tierra en que estamos. Yo quiero ser vivir y ser libre (…) Quiero
ser algo en el mundo, cultivar un arte, vivir de mí misma… Quiero tener una
profesión”."
La adaptación teatral realizada por Eduardo Galán, juega
ingeniosamente con un puesta en escena que opta por un escenario simultáneo en
el que las situaciones aparecen entrelazadas de tal forma que se consigue un
traslado eficaz de un texto novelado no escrito en origen para las
tablas. Un reparto en estado de gracia ayuda a salir de la función con la satisfacción de haber utilizado el bien el dinero de la entrada.
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