Premiada con el Premio Nadal
en 1997 y popularizada a través de una más que correcta adaptación
cinematográfica, “La Flaqueza del Bolchevique” puede considerarse como la obra
que consagró definitivamente a Lorenzo Silva como una de de las voces con mas
personalidad de la narrativa española contemporánea.
La pequeña novela nos
sumerge en la vida de un joven ejecutivo treintañero de esos a los que la
sociedad suele ver con envidia; con buen trabajo, mejor sueldo y un futuro más que esperanzador.
Por descontado que la visión que tiene de sí mismo el héroe no es tan
condescendiente, en un memorable capítulo sobre las categorías profesionales
extra-oficiales existentes en el mundo de la empresa se define a si mismo como
integrante del grupo de los “soplapollas”, de esos que dejan pasar los mejores
años de su vida en pos de un supuesto éxito profesional del que, en realidad,
disfrutan más bien poco.
Todo quedaría en un insulso
retrato del vacío existencial del yuppie moderno si en el camino del protagonista
no se cruzara una joven Lolita adolescente de una madurez sorprendente con la
que entabla una relación que le hace abrirse por completo, encontrase a sí mismo
y lograr el oasis de interés en algo que parecía completamente perdido. La peligrosa
frontera en la que se encuentran sus sentimientos respecto a la chica que le ha
abierto un interés por la vida crea una tensión dramática muy lograda por
Silva, que se confirma como un magnífico retratista de personalidades y
mentalidades agotadas, aunque muestra ya su cierta tendencia a sobrecargar sus
descripciones con frases demasiado pretenciosas.
Pesimista y esperanzadora al mismo tiempo, "La Flaqueza del Bolchevique" es una sabia combinación de comedia y tragedia y puede considerarase como un de las obras mas interesantes de su autor.
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