Segunda entrega de la trilogía “The Century” en la que el super-ventas galés, Ken Follett
disecciona el siglo XX desde 1933 hasta 1949, esto es desde el ascenso al poder
de Adolf Hitler hasta la llamada Guerra Fria, pasando por la Guerra Civil
española y , sobre todo, la II Guerra Mundial.
Como en las otras novelas de la trilogía la acción gira en
torno a una pluralidad de personajes de
diversas nacionalidades que se sitúan en momentos claves de la historia. Por
descontado que con Follett de cerebro creador hay intrigas, romances llenos de
dificultades, traiciones, pasiones desenfrenadas, sexo, violencia y
principalmente, entretenimiento a raudales en sus mas de mil intensas páginas
que se leen con sorprendente rapidez. Follett es de hecho el hombre que ha
hecho volver por la puerta grande al folletín decimonónico, adaptado a los
nuevos gustos del público.
No se queda esta mas que interesante novela en una mera
sucesión de situaciones que atrapan al lector ávido de conocer que ocurrirá. Se
puede apreciar en ella un extenso trabajo de documentación que permite dar al
lector una cantidad de información histórica mas que notable además de una
virtud que conviene señalar: su búsqueda de objetividad sobre los
acontecimientos que narra; aunque no disimula su justificado rechazo por los
crímenes perpetrados por el nazismo y el estalinismo, no faltan referencias a
excesos y actuaciones mas bien dudosas del bando aliado durante la guerra
mundial, algo extremadamente difícil de localizar en best-sellers de este tipo.
Cuando uno acaba de leerla se tiene la sensación de haber visto pasar sin
aliento los hechos mas relevantes de un periodo crucial de la historia, justo
enfrente de las propias narices.
Por buscarle algún pero quizá la proliferación de personajes
resulta excesiva, algunas de las historias que se narran (pese a la precisión
geométrica en la construcción propia del galés) desaparecen durante bastantes
páginas y luego cuesta volver a retomarlas. Del mismo modo su extensión hace
que la parte final desprenda cierto aroma de alargarse demasiado.
Muy recomendable y lo mejor del escritor desde “Pilares”
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