sábado, 11 de abril de 2020

POKER DE ASES

Manuel Vicent fue ,probablemente,  uno de los novelistas más emblemáticos de la transición española y los años 80, condición reforzada por su trabajo como articulista y colaborador habitual de El País.  En 2009 llevó a la imprenta un peculiar en inclasificable libro llamado “Poker de ases”, una colección de semblanzas de los principales protagonistas de la literatura mundial del  siglo XX.
Y puede resultar inclasificable porque las sucesivas piezas que jalonan el muy interesante libro, son acercamientos muy personales a esos gigantes de las letras contemporáneas. Vicent consigue que algunos esbozos biográficos sean elementos claves para comprender la obra de sus retratados. En unas pinceladas  nos resume a la perfección como la vida y el arte se cruzaban de forma sistemática en las almas, generalmente torturadas, de los creadores y de que forma las circunstancias personales y el entorno que rodeaba a esos literatos daba lugar a unas páginas impresas que impregnaron la cultura del siglo XX.

La conciencia del fracaso de sueño americano de Arhur Miller, el torturado y viciado sur de sexualidad prohibida  y sueños frustrados en el que Tennessee Williams liberó sus demonios interiores, el inevitable destino trágico de Virginia Woolf, la innegable atracción por el pecado del católico Graham Greene, cómo un príncipe italiano llamado Lampedusa dejó para la historia una sola novela que haría época, también en el cine, sin el que él llegara a conocerlo, la forma en que el pesimismo antropológico de Pio Baroja se compensaba con cientos de páginas escritas a velocidad de crucero y a base de tertuliaras literarias en el Madrid de la postguerra, los sueños de riqueza y esplendor literario de Francis Scott Fitzgerald que, para su desgracia, se cumplieron tan pronto como posteriormente se precipitaron su economía y salud, cómo el exilio parisino , con todas las aristas que implica vivir en la capital francesa, condicionó de forma decisiva la obra de Julio Cortázar, el episodio de la adolescencia de la mujer de James Joyce, Nora, que inspiró uno de sus más famosos relatos con la muerte de gran protagonista, la audacia propagandística de Hemingway, con un personaje que situó muy por encima de los textos que escribía. Y así con un sinfín de perfiles: Conrad, Beckett, Pessoa, Proust, Kafka, Camus….

No es en modo alguno sencillo resumir un siglo de literatura en apenas trescientas veinte páginas de letra gorda. Menos aún jugar de forma tan acompasada con el retrato biográfico y la opinión personal y literaria de cómo esas vicisitudes personales generabas libros, relatos u obras de teatro tan concretas. Son ensayos que rezuman literatura, que pueden contener de forma exactamente proporcionada datos mas o menos objetivos con apreciaciones personales o, quien sabe, invenciones de un novelista que noveliza la vida de otros creadores para darles un sentido exacto. Muchos tratados de más de mil paginas pueden resumir y analizar las letras del último siglo completo; lo harán muy bien y de forma muy científica ,desde luego, pero es dudoso que alguien después de leerlos tenga una idea tan clara de aquellos que labraron las grandes obras del periodo  como tras la lectura de este libro.

En definitiva un recorrido fascinante  y complejo, altamente recomendable, y que, dado su merecido éxito, tendría sus continuaciones con “Mitologías” y “Los últimos mohicanos

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