miércoles, 29 de agosto de 2018

LA REGENTA


Obra cumbre y legendaria de la literatura española y que inmortalizó a su autor Leopoldo Alas “Clarín”. Situada en la imaginaria ciudad de Vetusta, que esconde a Oviedo en donde el autor pasó buena parte de su vida, centra su extensa trama en un triángulo compuesto por Ana Ozores, llamada la Regenta al ser la mujer del antiguo Regente o Magistrado, el magistral Fermín de Pas, joven canónigo  que domina espiritualmente la ciudad y Álvaro de Mesía, un conquistador vocacional y cínico. La lucha de los dos hombres por conseguir el amor de Ana Ozores irá creando una red de relaciones complejas de desenlace dramático.

Ana Ozores es sin lugar a dudas uno de los grandes personajes de la historia de la literatura española. Reflejo certero de una vida desdichada, en la que las convenciones sociales y la difícil posición de las mujeres arrastran a un matrimonio vacío y sin pasión, cree encontrar en el misticismo que le ofrece Fermín de Pas la salida a sus angustias existenciales; pero cuando el fervor religioso no llena sus más primarios instintos como mujer, termina cayendo en la tentación de amor físico con Mesía, un personaje reprobable, casi una caricatura del Don Juan clásico, pero cobarde y mezquino por naturaleza. Por su parte Fermín de Pas representa la ambición absoluta: no sólo aspira al dominio material de la iglesia, al mismo tiempo cree ser capaz de controlar las almas de sus feligreses, pero cuando su ascendencia sobre Ana Ozores, pasa de ser guía espiritual para derivar en la pasión que para él despierta una mujer joven, bella e infeliz, sus propia flaquezas quedan al descubierto y las contradicciones que le acechan internamente afloran al completo.

“La Regenta” supone una obra riquísima en matices y con variedad de registros: retrato de la vida provinciana con su hipocresía social latente, reflejo de la España de la Restauración viciada en sus entrañas por la corrupción, análisis psicológico de los personajes a los que disecciona sin piedad , folletín propio del siglo XIX, en el que el melodrama alcanza su máxima expresión y tratado de la religiosidad de la época, con el papel clave de la Iglesia Católica como órgano de poder y de referencia en la vida de todos los estratos sociales.

Se trata de una novela densa, larga, magistralmente construida y por momentos algo farragosa pero que supone una experiencia ciertamente imprescindible para todo lector que desee acercarse a los momentos cumbres de las letras españolas.
Muy recomendable la versión televisiva de 1995, dirigida por Fernando Méndez Leite

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