Hoy casi completamente
olvidado, el abogado valenciano Fernando Vizcaíno Casas, fue un prolífico
escritor que durante no pocos años lideró las ventas en España a través de una
obra extensísima y que alcanzó su cenit desde la muerte del dictador Francisco
Franco hasta comienzos de los años 90.
Vizcaíno Casas fue un
fenómeno editorial a contracorriente de los tiempos: a medida que España se iba
convirtiendo en una democracia y se empezaba a recelar y huir, hasta con
vergüenza, de las casi cuatro décadas de dominio franquista, Vizcaíno encontró
un filón comercial a la reivindicación permanente de la dictadura ,
que en realidad fue su gran (y único tema). Muy probablemente, el grupo Planeta
y su gran timonel José Manuel Lara, supo ver el jugoso mercado que suponía el
llamado “franquismo sociológico”, las capas sociales muy vinculadas al régimen
de Franco y encontró en el escritor valenciano, cuya trayectoria lIteraria
hasta casi entrados los cincuenta años había sido más bien poco relevante, el
vehículo adecuado para ofrecer una
literatura comercial de ínfima calidad, pero de indudable eficacia de cara a un
sector del público (en esos mismo años Planeta tenía en nómina a destacados
izquierdistas como Vázquez Montalbán o Umbral, lo cual muestra el olfato
comercial de la editorial).
Todos los libros de Vizcaíno
Casas seguían un patrón casi taylorista de producción en cadena de éxitos: aprovechar circunstancias políticas
del momento para, en torno a ellas, crear una trama sobre la cual subyacía un
mensaje muy claro: la auténtica España era la de los vencedores de la Guerra
Civil, y la misma había sido sustituida por un sistema democrático ineficaz,
corrupto y poblado de rojos y gente de mal vivir. Para ello recurría a un
costumbrismo muy simple, poblado de personajes planos, estereotipados y
bastante sectarios que no hacían sino esconder una nostalgia por el país que se
transformaba irremediablemente. Las narraciones solían desarrollar las
biografía de sus protagonistas y eso le permitía al autor hacer un recorrido
por sus periodos de referencia: la II República, la Guerra Civil, el régimen de
Franco y la transición democrática. Su figura favorita, repetida
insistentemente a lo largo de su obra, era la del españolito medio que había
prosperado con el régimen de Franco y luego se reconvertía en un demócrata
convencido cuando no en un izquierdista de boquilla (el triunfo del PSOE de
1982 fue su segundo filón). Todos sus libros están repletos de chistes más bien
facilones y oportunistas relacionados con el momento político preciso. Además,
muchos de sus obras más famosas (“Y al
tercer año resucitó”, “Hijos de papa”,
“Las Autonosuyas”…) dieron lugar a
adaptaciones cinematográficas aun más infames que sus originales literarios,
perfectamente encuadrables en los momentos más bajos del cine desarrollista de
eso años
Es obvio que con estas pautas
la literatura, extraordinariamente exitosa, de Vizcaíno Casas tenía una fecha
de caducidad muy limitada y que sus libros a fecha de hoy pueden ser
considerados como una simple curiosidad, eso en el mejor de los casos. “Los
imposibles sueños de un señor muy de derechas” es una de sus últimas
entregas, cuando su auge ya declinaba, y puede ser considerada como un buen
ejemplo de la literatura generada por el valenciano, bastante desfasada a fecha
de hoy y centrada en la mas bien poco estimulante figura de un veterano soldado
del bando nacional que mira con recelo los nuevos tiempos y evoca con nostalgia
sus años jóvenes bajo el paraguas protector del régimen franquista. En
cualquier caso, es de justicia reconocerle una sólida construcción en la
estructura del libro, el uso de un estilo accesible al lector y el hecho de que
la lectura de su obra puede ser una buena manera de acercarse y entender el
pensamiento conservador más clásico de la sociología política española.
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