Segundo éxito editorial de la periodista Julia
Navarro, convertida desde su irrupción en “La
Hermandad de la sábana santa” en uno de los valores mas sólidos del
best-seller español de aventuras e intriga, que tiene a Pérez-Reverte como
iniciador esencial (aunque con una calidad literaria superior), pero que
incluye también a nombres como la propia Navarro o Matilde Asensi como
referentes, y que siguió la senda de autores internacionales como Ken Follett y
asimismo, encontraba un referente lejano en las letras españolas en la figura
de Augusto Vázquez-Figueroa.
Caracteriza a esta literatura el desarrollo de
una intriga a través de una voluminosa narración en la que priman los diálogos
como motor de la misma, permitiendo que su lectura sea fácil y digerible para
el lector, con una pluralidad de personajes movidos por sentimientos
universales adecuados para este tipo de historias: la codicia, el deseo de
venganza, el amor o el idealismo político y religioso. Tiene también la
tendencia a situar la trama en escenarios exóticos o lejanos y que la misma se
desarrolle a lo largo de varios años en los que los distintos protagonistas van
evolucionando.
“La
Biblia de Barro” es un ejemplo palmario de este tipo de productos
literarios, que buena parte de la crítica especializada rechazará
probablemente, pero que colecciona lectores a millares, y, no olvidemos,
permite sobrevivir a la industria editorial por los pingues beneficios que se
derivan de sus ventas, lo cual al mismo tiempo da lugar a la posibilidad de
publicar obras más atrevidas y complejas. Es fácil criticar su simpleza de
estilo y sus trucos en pos de sorprender al lector con giros argumentales mas
bien improbables. Pero, al mismo tiempo, consigue de sobra su loable intención
de entretener y muestra un oficio narrativo más que sólido para que su historia
no decaiga en ningún momento.
Navarro sitúa su trama en el Irak previo al
estallido de la guerra que derrocó al régimen de Sadam Hussein, en torno a una
expedición arqueológica por unas tablillas redactadas en torno a las palabras
de Abraham. Hay un exceso de personajes que provoca cierta confusión en los
primeros capítulos, pero que con el paso de las páginas van adquiriendo una
mayor solidez. Es una obra muy correcta, bien construida, que se lee con mucha
facilidad, aunque no deje ningún poso en el lector al acabarla. Asimismo, quizá
el final pudiera ser mejorable.
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