miércoles, 17 de junio de 2015

BLITZ

Consagrado con la excepcional “Saber perder”, una de las mejores novelas españolas de los últimos años a David Trueba le quedaba la difícil tarea de volver al mercado con la sombra de su anterior creación planeando sobre el mismo; algo siempre harto complicado.
Blitz tiene un personaje principal interesante, Beto, un joven arquitecto paisajista que representa la realidad bien palpable de buena parte de los treintañeros  españoles: sin trabajo fijo ni rumbo definido en su existencia. En plena crisis profesional acude a Múnich con su pareja para participar en un concurso que aligere algo su situación laboral y económica. En la ciudad alemana tendrá que enfrentarse a una crisis afectiva, que hace más palpable su desorientación vital y a la que encontrará una peculiar salida.


Posiblemente planteada como un retrato generacional con tintes reflexivos, la novela (breve en contraposición a su anterior obra) cuenta con un inicio prometedor que se va diluyendo a medida que avanza la trama. La fina ironía teñida de amargura que caracteriza la prosa de Trueba (siempre brillante formalmente) en esta ocasión no logra conectar plenamente con una historia creíble y que intrigue al lector. A medida que las páginas avanzan, menor es el interés que tenemos por las desventuras de Beto. Su vacío no nos logra conmover, apenas nos despierta un ligero interés. Y su final aséptico y pretendidamente abierto nos deja como buena parte del libro: fríos como la ciudad alemana en la que se desarrolla buena parte de la acción

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