Portadora de uno de los mas
personalísimos estilos de la historia de la literatura policiaca Patricia Highsmith
nos sitúa en “Crímenes Imaginarios” ante uno de sus típicos argumentos
enrevesados: una investigación sobre un crimen que no ha sido cometido.
Cono punto de partida resulta
sumamente estimulante: todo lo que signifique un alejamiento del esquema
clásico de investigación con final sorpresa acerca de quién mató a quien, debe
de ser agradecido por cualquier lector ávido de nuevas experiencias. Y lo
cierto es que la idea funciona bastante bien durante buena parte del libro,
gracias a su acertada descripción de unos personajes muy poco ordinarios y uno
diálogos ágiles propios de la autora.
Desafortunadamente la recta final del
libro no alcanza la misma altura. Parece como si la calculada ambigüedad de la
narradora le llevara a un callejón del que no sabe salir demasiado bien. Quizá
hubiese resultado más redonda siendo un poco más corta; se tiene la impresión
que las páginas finales son un relleno más bien innecesario y que la autora no
sabe muy bien qué hacer con esos interesantes protagonistas dignos
representantes de la mente retorcida de su creadora. Una lástima, porque lo
anterior esta muy logrado.
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